29 de marzo de 2014

The end is near

El cineasta de manual terminará la cinta con un plano general montado en grúa que se alejará lentamente y le permitirá insertar el rollo de créditos. Todo un rollo en todos los sentidos. Lo que siempre me va a fascinar será aquel cineasta que se aleja de la norma y termina la cosa con un plano corto con o sin diálogo final. Si confecciono rápidamente un trío de finales cercanos seguramente me quedaré con: 3) Érase una vez en América (1984): No hace falta haber sido delincuente para conmoverse con un De Niro que se coloca y sonríe para él mismo y para el espectador. 2) Reservoir Dogs (1992): Acercamiento a dos personajes en estado crítico. Dos últimos disparos y un fuera de campo. 1) Eyes Wide Shut (1999): La enésima leyenda Kubrickiana cuenta que ese final era una broma del cineasta que pensaba cortar en el montaje final. La muerte no le dejó rectificar y ahí tenemos a Nicole Kidman soltando una frase que deja eco…eco…eco.