13 de abril de 2014

Narraciones Pulp

Igual que el joven fan se viste como su ídolo cantante, todos los profesores de religión que conocí llevaban barba y melenas. Con el último que topé ya hubo mal rollo y mis ideas (o la falta de ellas) provocaron ciertas hostilidades que se solucionaron con hipocresía y diplomacia. Él me hubiera llevado a la hoguera por hereje y yo me hubiera conformado con obligarle a visionar La Vía Láctea (1969), que seguramente hubiera creado más diálogo en el aula que sus discursos anti-masturbación. Ahora, muchos años después, consigo localizarle, le envío la cinta de Buñuel y firmo el remitente como Elvis.