Debe tener su mérito cometer todo tipo de errores y llegar a tiempo para solucionarlo todo antes de que el caos se expanda. Será como un estúpido juego masoca en el que eliges siete puntos de tu casa a los que prendes fuego, corres velozmente hacia la cocina y con un vaso lleno de agua consigues apagar todas las pequeñas hogueras antes de que el edifico arda. Algo así.
Foto: El Cuervo (Alex Proyas, 1994).